La Corte Suprema de Justicia anuló, el 24 de junio, el fallo de 1973 que establecía que el Estado no puede interferir con el derecho de una mujer a tomar decisiones acerca de su embarazo. El Supremo concluyó que la Constitución no estipula tal derecho. La decisión, que no ilegaliza el aborto a nivel nacional, sino que deja el asunto en manos de la legislatura de cada estado, no causó mucha sorpresa puesto que alguien –todavía no identificado– había pasado a los medios un borrador del fallo semanas antes (véase «Detrás del cartel», Brecha, 6-V-22).
EL SEXO EN LA MIRA
Lo que sí causó alarma fue la posición expresada por Clarence Thomas, uno de los magistrados más conservadores en la Corte Suprema, quien recomendó que el tribunal reconsidere otros tres fallos «evidentemente erróneos». En uno ...
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