Si atendemos la definición de la RAE para cuerpo, la primera acepción dice que es «aquello que tiene extensión limitada, perceptible por los sentidos». A esta entrada le siguen otras 23, y parece contradictorio notar que, en muchas de ellas, la palabra cuerpo designa tanto un conjunto de elementos como las partes de un todo. Pero lo que más ruido hace es esa pretensión totalizadora que encasilla y limita aquello que se expande, incluso lo que puede ser recibido por los sentidos. ¿Cómo es posible delimitar las ondas de la voz? ¿Cómo se cuantifican la alegría, el dolor, el deseo? Margarita Heinzen arriesga algunas respuestas en este libro, una narración fluida que no aspira a delimitarse, que encuentra vida y eco en el movimiento y la acción. Una novela con intención autobiográfica –aunque l...
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