Manolo Guardia (1938-2013)
El rigor periodístico y el corazón no suelen llevarse bien. Y es muy comprensible. La muerte de un enorme músico y a la vez una enorme persona convoca emociones más que análisis, recuerdos personales más que la revisión de los ítems en un currículum.
Más que buscar datos, resumirlos, ordenarlos, la muerte de Manolo me lleva a recordar, antes que nada, dos charlas muy largas, enriquecedoras y –tratándose de él– también muy divertidas.Tendría yo unos 18 años y Camerata del Tango –la integración original–, Ministerio de Cultura mediante, se presentó una noche de verano de 1971 en el Club de Pesca de Marindia. Un diminuto club casi recostado a los médanos de esa playa a apenas 40 quilómetros de Montevideo. Ante un público de veraneantes de clase media en short y...
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