La destrucción de documentos y su quema y un allanamiento militar de la oficina donde trabaja personal del Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia en la sede de la Armada Nacional coincidieron con el inicio de la última etapa de la apelación en tribunales de Roma que culminó con la condena perpetua de 13 militares uruguayos. La amistad con Alfredo Astiz, el “ángel de la muerte”, y las felicitaciones que recibió del genocida Luis D’Imperio, jefe de la Esma, fueron pruebas decisivas para condenar a Jorge Tróccoli.
Trece militares uruguayos fueron sentenciados por la Corte de Apelaciones de Roma a condena
perpetua por la comisión de desapariciones forzadas y homicidios en el marco
del Plan Cóndor de víctimas de doble ciudadanía, uruguaya e italiana. De los
13, sólo uno, el capitán de navío (r)...
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