Un alto en la mitad del camino - Semanario Brecha

Un alto en la mitad del camino

Uruguay aseguró su pase a octavos de final.

Luis Suárez, José María Giménez y Matías Vecino en el festejo del gol ante Arabia Saudita. Foto: afp, khaled desouki

Todavía queda por jugar el último partido de la serie, pero Uruguay ya aseguró su pase a octavos de final. Paradójicamente, y a pesar de lo que es su costumbre, la selección no pareció ir de menos a más en sus dos primeros partidos.

Al observar los números fríos y ver cómo se ha desarrollado el Mundial hasta ahora, los uruguayos tienen razones para estar conformes e incluso contentos: la selección ganó los dos primeros partidos, no recibió goles y clasificó a octavos de final cuando aún falta un partido para finalizar la primera fase. Todo esto resulta más valioso si tenemos en cuenta el desarrollo del torneo, en el que Argentina no pudo con Islandia (y tampoco con Croacia, con la que al cierre de esta edición perdió 3 a 0), Brasil con Suiza, Colombia perdió con Japón y Alemania con México. La paridad es la que domina y ganar es muy complicado para cualquiera, incluso para los grandes candidatos. Sin embargo, si afinamos el análisis nos encontramos con elementos no tan positivos que nos llevan a esperar lo que viene con sensaciones ambiguas.

La victoria frente a Egipto significó un buen punto de partida. Un triunfo ajustado, pero justo, en un partido en el que Uruguay dispuso del terreno, la pelota y las únicas ocasiones de gol, que no fueron menos de siete. Hacía 48 años que Uruguay no ganaba en un debut mundialista, así que el mérito no es nada despreciable. Ni bien terminó el encuentro, el capitán Diego Godín se mostró feliz por el resultado y habló de la importancia de “ir de menos a más”, de ir creciendo con el correr los partidos. Ahí es donde aparece el primer problema, ya que Uruguay pareció retroceder en su segunda presentación, ante Arabia Saudita. Frente a un rival supuestamente inferior, que había perdido 5 a 0 en la inauguración, hubo menos juego y menos ocasiones de gol.

En la conferencia de prensa posterior a ese partido el maestro Óscar Tabárez fue muy claro al respecto y no ocultó su descontento por el rendimiento del equipo en el primer tiempo. “Lo comparo con cosas que hemos hecho anteriormente y estuvimos muy lejos. En relación con el primer partido, Arabia tuvo una superación mucho mayor a la nuestra. Por suerte eso no se reflejó en el resultado, que es lo único que no se puede cambiar. Todo lo demás, vamos a tratar de hacerlo”, sostuvo el técnico.

El hecho de que Tabárez haya hecho valoraciones negativas del equipo, algo que en general evita, habla a las claras de lo disconforme que estaba y de que esperaba algo mucho mejor de lo que vio.

Carlos Sánchez y el Cebolla Rodríguez fueron importantes ingresando en el segundo tiempo ante Egipto, pero no pudieron ser productivos al ser titulares ante los saudíes.

Uruguay no pudo manejar la pelota con fluidez ni velocidad, por lo que careció de sorpresa ante una defensa nutrida y bien parada, compuesta por cuatro defensas y cinco volantes. Tampoco hubo intensidad en la presión, lo que permitió que los asiáticos manejaran el balón con cierta comodidad durante varios pasajes, generando cierta incomodidad hasta el último minuto. Pese a eso, hubo varias pelotas recuperadas en zonas favorables, pero faltaron las buenas decisiones para transformarlas en ataques peligrosos. Esto último fue muy notorio, especialmente ante una selección inconsistente en el manejo de la pelota y bastante poco apta para el retroceso defensivo.

Por momentos parece que Uruguay no logra alternar positivamente la posesión que viene intentando últimamente con el juego directo que siempre lo ha distinguido.

Tabárez también hizo referencia a esta situación. “No encontrábamos (ante Arabia) la manera de jugar en campo rival y no insistimos con lo que nos estaba dando resultados, que era el pase largo. Porque esto de la posesión parece algo santificado, pero cuando se hace en zonas intrascendentes y hay dificultades para hacerlo en campo rival, hay que buscar otros métodos, sobre todo con los delanteros que tenemos”, aseguró el Maestro. Efectivamente, antes del gol de Suárez, Uruguay había lastimado seriamente con dos pases largos: uno de Vecino al Cebolla, que luego definió Suárez, y otro de Rodrigo Bentancur a Martín Cáceres, que después definió Edinson Cavani.

La aparición de volantes con buena capacidad técnica genera una nueva herramienta para el equipo, pero si esta es improductiva, ya sea por impericia propia o por la acción del rival, hay que encontrar otras para solucionar los problemas que se producen en los partidos. Llegar al equilibrio, y la dosis ideal de cada elemento, no es un objetivo sencillo, y seguramente requiere tiempo, trabajo y rodaje.

Frente a Arabia Saudita nunca se encontró el camino para imponer condiciones, así que el equipo debió aferrarse al resultado mínimo y exponerse al riesgo que eso conlleva, más allá de que Muslera apenas atajó una pelota medianamente difícil en todo el partido. Incluso, sobre el final, el entrenador uruguayo colocó tres zagueros centrales y cinco volantes para buscar una alternativa, pero tampoco así logró los resultados esperados.

Tampoco parece sensato quedarse sólo con el partido ante Arabia Saudita. Había ciertas expectativas de goleada, sobre todo por lo que había pasado en la primera fecha, pero el rival se propuso borrar la pobre imagen que dejó ante Rusia, jugó duro, y lo consiguió. No es una sorpresa, porque es una reacción muy humana que en el fútbol se da con suma frecuencia.

Además, el calor en Rostov era insoportable, lo que dificultó encontrar la intensidad necesaria para ir a buscar el partido en la cancha contraria.

Como elemento positivo cabe destacar que la defensa uruguaya se ha mostrado muy segura en ambos partidos, con rendimientos muy convincentes de ambos zagueros. No es sólo que Uruguay no ha recibido goles, sino que sus rivales no les han generado prácticamente ninguna ocasión. Es verdad que Egipto y Arabia Saudita no son los equipos más fuertes.

LO QUE SE VIENE. Rusia ganó sus dos partidos con claridad, construyó una gran autoestima y logró entusiasmar a su gente, que ahora está lejos de la indiferencia del inicio. Será otra exigencia que no permitirá la ley del mínimo esfuerzo. Será un desafío en el gran escenario y con todo un estadio en contra, así que habrá que crecer para competir con posibilidades.

Sin duda Uruguay tendrá una dura prueba y una linda oportunidad de llegar a octavos con mejores sensaciones y mayores posibilidades, toque contra quien toque. Viendo lo que sucedió luego del partido contra Egipto, es muy probable que Tabárez realice cambios para el partido del lunes, buscando encontrar el mejor sistema y los mejores intérpretes para potenciar al colectivo. Las propias palabras del técnico así lo indican. “Una de las cosas que aprendí es que en un Mundial no se puede esperar”, dijo.

¿Qué cambios? Difícil saberlo. ¿Tres zagueros? ¿Tres volantes interiores? ¿Lucas Torreira? ¿Diego Laxalt? ¿Cáceres a la derecha? Todas esas opciones son válidas y todas fueron utilizadas por el técnico en diversos momentos. Lo que está claro es que si bien los resultados han acompañado y Uruguay ganó merecidamente ambos partidos, el funcionamiento esperado aún no ha aparecido. Lo bueno de las victorias, por poco lucidas que hayan sido, es que otorgan más tiempo para encontrarlo.

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Apuntes

El Mundial de la paridad

Símbolo máximo del fútbol moderno. A todos les cuesta muchísimo ganar, jugar bien y generar ocasiones de gol. La primera fecha fue una fotografía perfecta de esta situación. Bélgica y Rusia fueron los únicos que ganaron con claridad, en tanto que los tres candidatos marcados en la entrega anterior –Brasil, Alemania y España– no pudieron hacerlo.

 El Mundial de la seguridad

Realmente agobiante. Por ejemplo, para ingresar a la concentración de Uruguay, ubicada en la bellísima Nizhny Nozgorov, hay que tener mucha paciencia. Cada periodista, incluida su mochila y equipamiento, deben pasar por los rayos equis y el detector de metales. Además su nombre debe ser registrado por uno de los tantos guardias, que anota a mano en su libreta escolar. Uruguay es seguido por decenas de periodistas, así que la cola para ingresar al centro Borsky se hace larga y tediosa. Los aeropuertos son aun más complicados, y en Migraciones suelen trancar gente por los detalles más mínimos, sin piedad alguna. ¿Pierde la conexión? Mala suerte.

Y hasta en las fans fests los controles son rigurosos al extremo, lo que hace que las colas para entrar sean largas e interminables. El ingreso a los estadios tampoco se queda atrás. Las diferentes selecciones también sufren. Por ejemplo, para explicar el retraso en una conferencia de prensa, el Maestro Tabárez habló de la “maravillosa seguridad de este país”.

 El Mundial de las distancias

Rusia es el país más grande del mundo, y por más que las ciudades sede están concentradas en el suroeste, los quilómetros que las separan se cuentan por miles. Los vuelos internos suelen ser baratos, pero el gran problema es que siempre hay que pasar por Moscú, ya que no hay vuelos directos, y esa escala puede ser mortal. Los trenes son cómodos y pintorescos, e incluso en los días de los partidos son gratis para aficionados y periodistas, pero hay distancias enormes que requieren más de 20 horas de viaje.

 El Mundial de la temperatura variable

Uruguay jugó el primer partido en Ekaterinburgo –donde el viento siberiano hace estragos– con mínimas veraniegas de cuatro grados. El segundo partido fue en Rostov del Don, con 32 grados a la hora del partido. De la campera gorda a las bermudas y las chancletas. Una locura total. Y nada fácil para los protagonistas.

El Mundial de la barrera

Salvo unas pocas excepciones, los rusos no hablan inglés, así que la barrera idiomática es muy fuerte y muchas veces insalvable. Por suerte existen las aplicaciones milagrosas en el celular, como las que traducen las letras y los sonidos del ruso al inglés, y viceversa. Es una solución mágica que mitiga un problema importante que se vive a diario en los estadios y aeropuertos, pero también en los taxis, restaurantes, supermercados, buses y metros. Por si fuera poco, parte de la cartelería callejera está sólo en caracteres cirílicos. Una pesadilla.

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Los destaques

El mejor jugador

Cristiano Ronaldo hizo cuatro goles en lo que va de la Copa del Mundo, todos los que anotó Portugal. Además llegó a su gol 85 como internacional y se convirtió en el máximo anotador histórico de todas las selecciones europeas, superando al húngaro Ferenc Pusklas.

El mejor partido

España – Portugal fue electrizante, emocionante y cambiante. Una montaña rusa con gran fútbol, seis goles e incertidumbre hasta el final. Los vecinos se tenían ganas y se notó.

El mejor equipo

Bélgica, con todo su talento individual a cuestas, hizo un gran segundo tiempo ante Panamá y mostró que será peligroso para cualquiera. Sin embargo, sería injusto no destacar a Rusia, que ganó las dos veces con facilidad y anotó ocho goles en sólo dos partidos. El desencanto inicial se terminó y Rusia consiguió enamorar a su gente.

El mejor de Uruguay

José María Giménez se ha mostrado seguro en todo momento y extremadamente cómodo con su compañero de zaga, Diego Godín, con quien también juega en el Atlético Madrid. Además ante Egipto hizo un gol en la hora que valió tres puntos.

La mejor hinchada

De Estocolmo a Moscú apenas hay una hora de avión, así que los suecos han invadido Rusia y su presencia no ha pasado desapercibida, especialmente en los bares con cervecerías. Pero el premio se lo llevan los japoneses por su clase de civismo al recoger los residuos que generaron en el estadio durante el partido ante Colombia. Encima, ganaron.

La sorpresa

Rusia 2018 ha tenido varias, pero México le ganó a Alemania, actual campeón del mundo. Tras esa victoria, gracias a un primer tiempo perfecto, México se encamina a ser primero en su grupo y vencer la maldición del cuarto partido, luego del cual siempre ha quedado eliminado.

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