Más negra en algunas de sus costuras, bastante más verde en otras, con tendencia a perder el rosa pálido y a olvidarse del rojo. Así quedó pintada la Unión Europea tras las elecciones de la semana pasada. Mientras la vapuleada socialdemocracia resiste en la península ibérica, la ultraderecha aboga por la unificación de la “gran familia nacionalista” a nivel continental. Las elecciones al Parlamento Europeo que se realizaron la semana entre el jueves 23 (en Reino Unido) y el domingo 26 (en los otros 27 países de la Unión Europea) tenían tres grandes puntos de interés. El primero: saber si las dos grandes familias políticas dominantes en el continente en las últimas décadas (la conservadora y la socialdemócrata), que han establecido alianzas entre ellas para repartirse el poder en los órgano...
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