El 17 de mayo de 2009 murió en Montevideo Mario Benedetti, y yo estaba en Lima. Acá paso la mayor parte del tiempo, dado que aquí vivo desde hace más de veinte años. Era un día gris, como casi todos los días de Lima, salvo alguna licencia que le da el verano a la capital peruana para exhibir alguno que otro cielo azul con nubes blancas, que mirándolo me lleva inexorablemente de vuelta a Uruguay por un rato (“después de todo la nostalgia existe…”). Por esos días se celebraba el centenario de otro compatriota tan ilustre como Mario, y tan ilustrado: Juan Carlos Onetti. El Centro Cultural de España en Lima había organizado unas conferencias donde participaba Mario Vargas Llosa, por el lado albirrojo, y Ana Inés Larre Borges y Pablo Rocca por el celeste. Aparecí una noche por allí, y debo con...
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