La voraz búsqueda de oro en el sur de Venezuela, practicada por miles de mineros ilegales amparados por diversos grupos armados, amenaza la vida de los pueblos indígenas, su hábitat y sus culturas, según coinciden en señalar sus organizaciones y las defensoras de los derechos humanos y, en especial, del ambiente.
En ese territorio de más de 450 mil quilómetros cuadrados, que hace parte de la Amazonia y en el que viven más de 20 pueblos originarios, «la minería, la violencia, la destrucción del hábitat, la muerte por enfermedades y la migración forzosa conforman un contexto que ya los indígenas califican como genocidio silencioso», dijo a Brecha el investigador Aimé Tillet, con largos años de trabajo en el área.
En su discurso del 8 de noviembre ante la Conferencia de las Naciones Unidas so...
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