Una denuncia sostiene que el militar prófugo reingresó a Uruguay el día que supuestamente era detenido en Madrid. Mientras se investiga el dato, se revelan otros detalles de su segunda fuga: quedó en libertad mientras se sustanciaba su extradición, porque un fiscal español consideró que sus delitos habían prescripto.
Puesto que la cooperación judicial entre países se apoya en gran medida en la confianza mutua (de lo contrario sería imposible concretar cualquier pedido de extradición), la fuga del coronel (r) Eduardo Ferro (si es que existió), ubicado por Interpol en Madrid a fines de agosto de 2017, se convierte en un gran escándalo internacional que debería tener graves consecuencias, a menos que todos miren para el costado: el Estado español violó flagrantemente el tratado de extradición...
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