Dos meses después de que el pistero de la estación de servicio fuera despedido, la justicia dispuso su reintegro. Sin embargo, el dueño no lo permitió.
Este martes la jueza Ecatherina Cardozo dispuso el reintegro del empleado Mario Adrián Cabrera a su puesto de pistero en la estación de servicio La Cataluña, de donde había sido despedido el 1 de junio. Asimismo, dictaminó que el dueño, Elio González, está obligado a pagarle el salario correspondiente a los días que transcurrieron entre el despido y el reintegro. Cabrera, que fue representado por la Untmra, había sido despedido por “notoria mala conducta”. La jueza consideró que si esa era la causa, resultaba “extraño” que desde abril de 2017 el trabajador no hubiese tenido ningún tipo de amonestación y que, “por principio de gradualidad”, la primera sanción no puede ser la más grave, léase el despido. El miércoles, Cabrera se presentó a trabajar junto con dirigentes del plenario departamental del Pit-Cnt y sus compañeros del comité de base de la estación. El vocero del plenario, Darío Mariño, narró a Brecha que, al llegar, González les dijo que “acataba la resolución”, pero que lo enviaría a seguro de paro, ya que mientras duró el proceso judicial contrató a dos personas y no tiene un turno para adjudicarle. Fuentes judiciales explicaron a este semanario que González no puede disponer esta medida en lugar de la “reinstalación”, que fue lo que determinó la jueza. A pedido de los trabajadores, la escribana Viviana Duarte estuvo presente el miércoles para atestiguar el reintegro de Cabrera y acreditó lo sucedido en un acta para que la Untmra la entregue a su abogado. González se negó a firmarla.
Por las reacciones que el despido y la organización sindical habían generado en ciudadanos de esta localidad (véase Brecha, 15-VI-18), el Plenario de Treinta y Tres del Pit-Cnt organizó una asamblea abierta a todos los vecinos en “defensa de la democracia y los derechos laborales”. Luego, junto con el Consejo Directivo de la Untmra emitieron un comunicado: “Aun teniendo visiones ideológicas o filosóficas diferentes, es posible intercambiar opiniones de manera afable y civilizada, como corresponde entre orientales honestos”. Días antes de la sentencia judicial, el Pit-Cnt y el Municipio de la ciudad solicitaron a Inefop la realización de un curso abierto para toda la ciudadanía para difundir “los derechos y obligaciones de las partes en las relaciones laborales”.