En el comienzo del ensayo titulado La especie fabuladora, la escritora canadiense Nancy Huston afirma: «Solo nosotros [los humanos] percibimos nuestra existencia en la tierra como un trayecto dotado de sentido (significado y dirección). Un arco. Una curva desde el nacimiento hasta la muerte».1 La reflexión en torno a esta distinción que nos separa de las otras especies puede hallarse en los poemas que conforman La casa junto al bosque, el último libro de Sergio Altesor Licandro.
En el poema homónimo, Altesor recurre a la enumeración y despliega un listado de animales que, en contraposición con los hombres, parecen estar exentos del sufrimiento ocasionado por la búsqueda de sentido o la consciencia de finitud. Luego concluye: «El animal no añora los bosques perdidos, las praderas verdes en ...
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