“Robocop”1
Sonaba muy bien. El director brasileño José Padilha, autor de las brillantes Tropa de elite 1 y 2, embarcado en una remake de Robocop, podía llegar a hacer algo notable. Sobre todo porque el director había integrado a sus películas acción de la más brutal y un interesantísimo planteo sobre la violencia, la represión, el control y el narcotráfico en un contexto de miseria extrema. Padilha lograba trascender los parámetros de género, colocando sobre el tapete una situación social compleja y sin aparente solución. La idea de Robocop, el policía robotizado perfecto e implacable que patrulla las calles de Detroit, calzaba perfecto con las inquietudes y las habilidades de Padilha. Pero sucedió lo que, de algún modo, era esperable. Según informó el director Fernando Meirelles, amigo d...
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