—En términos sintéticos, ¿cuáles son los ejes de lo que han denominado política de género agro?
—La política está estructurada en seis dimensiones. Una tiene que ver con todos los sistemas agroalimentarios: apoyo directo a los predios productivos, el trabajo con las asalariadas, con el sector empresarial, es decir, de la portera para adentro, diríamos nosotras, y hay también algunas cuestiones sobre comercialización de los productos. Una segunda dimensión tiene que ver con la gestión del conocimiento: cuál es el conocimiento que se usa para producir, qué se investiga y qué no, todo con perspectiva de género. El tercer eje tiene que ver con el ambiente y la naturaleza, y ahí entran todas las políticas de sustentabilidad en el agro y la incorporación de una mirada muy característica de las m...
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