En una magnífica entrevista1 realizada en una emisora del Sodre, por el año 1965, Domingo Bordoli le preguntó a Carlos Real de Azúa por qué escribía. Real dijo que lo hacía con un solo fin: aclarar y entender, y eso porque se había dedicado al ensayismo, la crítica o el juicio. Ese “entender” era, para Real, primero entenderse a sí mismo, a sus creencias, la puesta a punto y en orden de sus convicciones sobre la vida, el destino y su contorno. Tal comprensión, dijo, debía ser seguida de la comunicación de ese esclarecimiento a aquellos que pudieran interesarse en lo que él pensaba, con miras a la acción y a la conducta.
Es difícil que cualquier aproximación al ensayo escape a la sombra de Montaigne. En la introducción de sus Ensayos, que titula “El autor al lector”, Montaigne se ocupó en a...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate