El visitante es de esas películas de las que si adelantáramos una sinopsis incurriríamos en spoilers. Su propio relato va agregando información crucial gota a gota sobre el cuadro general, los parentescos entre los personajes, sus conflictos actuales y pasados, y no deja de hacerlo hasta bien avanzada la trama. Describir la anécdota es, de algún modo, una traición a la forma narrativa elegida por el boliviano Martín Boulocq, su director y guionista. Podemos contar, sí, algunas generalidades: el protagonista (Enrique Araoz) es un exconvicto que acaba de cumplir una pena en prisión y desea reincorporarse a la sociedad, con la misión vital de recuperar el vínculo con su hija adolescente y, de ser posible, obtener la patria potestad y salvarla de sus abuelos, una pareja de evangelistas ricos –...
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