En una esquina del centro capitalino, sobre la avenida principal, hay una mujer que vive en la calle. Se las arregla. Su fuente de alimento son los desechos que consigue en algunos contenedores a la redonda. Desde el Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) se intentó persuadirla para que recibiera asistencia médica, comida e higiene. Su respuesta fue negativa. «Hice un informe y comenzó el proceso de judicialización. Ingresó al área jurídica del MIDES y un juez dispondrá o no su internación», explicó al semanario Esteban Acosta, psiquiatra que trabaja hace más de 15 años con personas en situación de calle. En este caso, no se trata de una urgencia y la persona no corre riesgo de vida, por eso, las demoras en la internación no significan un problema a solucionar con inmediatez. Sin embargo,...
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