Centro Cultural de España
Dos décadas atrás, o más, comprobando la variedad de actividades que realizaban algunos centros culturales ligados a países extranjeros –el Instituto Goethe, por ejemplo, como antes, durante la dictadura, la fermental actividad de la Alianza Francesa– uno se preguntaba por qué no sucedía algo similar con el país del que proviene nuestra lengua, el único, por ese detalle nada menor, con capacidad para buscar alguna heteróclita forma de reunión, o conocimiento, o frecuentación, entre todos los hispanoparlantes. Bien, las cosas cambiaron. La recuperación y reciclaje –por parte del arquitecto Rafael Lorente– de la vieja Casa Mojana ya fue toda una señal, por cuanto no sólo brindaba el marco adecuado al Centro Cultural de España sino que contribuía fuertemente a jerar...
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