El poeta chileno Gonzalo Millán tenía 59 años cuando supo que padecía un cáncer terminal. Ante la inminencia del desenlace, comenzó a llevar un diario que se publicó en forma póstuma con el título Veneno de escorpión azul. Diario de vida y de muerte (2007). La coincidencia con el título del más reciente libro del uruguayo Roberto Echavarren bordea esa afinidad y luego se desvía.
Que los títulos de los libros se reiteren es una contingencia más frecuente de lo que suele observarse. Una fórmula exquisita y potente como Veneno de escorpión azul crea un campo semántico amenazador que articula tópicos tan antiguos como la traición, el verdugo, la agonía y la muerte. Vinculado el aguijón a la función sexual, otros saberes afirman que su veneno puede curar. En ciertas tradiciones, el azul es el c...
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