Una historia sobre nombres de cuerpos y cuerpos sin nombre
Los “huesos desnudos” a los que refiere este libro1 son los de Yves Domergue y su compañera Cristina Cialceta, que estuvieron desaparecidos durante 30 años, fueron enterrados como cuerpos sin identificar en un pequeño cementerio de Melincué, en Santa Fe, hasta que un grupo de liceales de la zona se puso al hombro la tarea de identificarlos.
Jóvenes militantes de izquierda en la última dictadura argentina, él de origen francés y ella mexicano, ambos de 22 años, asesinados y abandonados al borde de un camino rural, Yves y Cristina fueron recogidos y cuidados con esmero por los habitantes del pueblo como los cadáveres anónimos más queridos de la región. Hasta que en 2003 un grupo de liceales se propuso como tarea curricula...
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