Los soldados privados de Prince están operativos hace meses en El Salvador y Ecuador, desde hace algo menos en Haití y planean extenderse por otros países del área. En todos los casos, fueron contratados por los gobiernos locales para combatir a bandas de narcotraficantes y también a la llamada «inmigración ilegal» en función de una agenda de seguridad definida no localmente, sino por una administración estadounidense que apuesta también a la instalación o reinstalación de bases militares en un subcontinente definido como clave en la competencia global con China.
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Erik Prince, que hoy tiene 56 años, es un antiguo oficial de la Marina estadounidense que a fines de 1996 fundó, junto con otro ex navy seal, Al Clark, la empresa de seguridad Blackwater, que con el tiempo estaría llamada a co...
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