En la región montañosa del Rif, en el norte de Marruecos, persiste el movimiento de masas contra los abusos y la marginación a manos del Estado. A pesar de la represión sufrida tras las manifestaciones de 2016 y 2017, sus habitantes se organizan de forma clandestina a la espera de una nueva primavera de protestas.
Más de dos años
después del inicio de la represión contra el Hirak –el movimiento de protesta
de la región marroquí del Rif–, en las calles de Alhucemas, epicentro de las
manifestaciones, la tensión todavía se podría cortar con un cuchillo. Las
carreteras que conducen a la ciudad, situada en el nordeste del país, están
jalonadas por varios controles policiales, y la presencia de furgonetas y
vehículos de las fuerzas de seguridad es robusta. Sin embargo, los activistas
de la ciuda...
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