—¿Estás finalizando tu segundo período en el Comité de los Derechos del Niño de la ONU y, en tus palabras, acabás de terminar de «peregrinar por el mundo». ¿Qué situaciones podrían ser útiles para pensar desde Uruguay?
—Me preocupa el retroceso de la región. La Convención de los Derechos del Niño era, como se ha dicho, «una comunidad moral universal», algo que nos unía. Ese instrumento, que en 1989 aglutinó sin fisuras, ahora es atacado en foros de Naciones Unidas por grupos antiderechos, religiosos y conservadores bajo el argumento de los «valores familiares» patriarcales. Se está golpeando fundamentalmente al niño como sujeto de derecho y su autonomía progresiva, es decir, el derecho de los niños a participar de la cosa pública, a expresar sus opiniones. En este momento se está pensando ...
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