A la salida de la dictadura el diseño de protección social era un caos. Viciada de beneficios clientelares y con una economía estancada, el sistema jubilatorio se sostenía sobre un déficit crónico y una sistemática pauperización de las prestaciones. La primera administración colorada había avanzado en la reinstitucionalización del Banco de Previsión Social (BPS) como organismo encargado del sistema previsional, pero no modificó la estructura del sistema, por lo que los ajustes de las pasividades seguían a voluntad del gobierno de turno. En 1989 parte de eso comenzó a cambiar. A partir de una consulta popular que fue acompañada por el 82 por ciento de la población, se reformó la Constitución y se estableció que las jubilaciones debían aumentarse conjuntamente con los salarios públicos y con...
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