Argentina sigue siendo observada por el mundo financiero como un ratón en un laboratorio universal que se cae a pedazos. La presidenta Cristina Fernández envió el martes 19 al Congreso un osado proyecto de ley que instala a Buenos Aires como domicilio de pago para los acreedores y otorga esa facultad de pago al estatal Banco Nación. Se saca de encima al Bank of New York “por su pública y notoria incapacidad para actuar” en la operación de abonar los fondos depositados en julio pasado por Argentina a los bonistas que ingresaron al canje de deuda en 2005 y 2010, y le impide operar en el país. El banco norteamericano siguió al pie de la letra el fallo del juez neoyorquino Thomas Griesa y retuvo los fondos que esos bonistas debían cobrar.
Pese a los augurios de los medios de comunicación monop...
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