Tal vez la única manera de curarse de la decepción de que Martel no hiciera “El eternauta” fuera enterarse de que haría “Zama”. Dos textos tan alejados del universo que hasta entonces uno asociaba con la directora salteña como podían estarlo, dos libros “infilmables”, dos mitos. “Zama”, la gran novela hispanoamericana que el mundo empezó a reconocer sesenta años demasiado tarde, “Zama” el libro dedicado a las víctimas de la espera. En lo que respecta a la película, al menos, la espera ha terminado. “Zama” se exhibirá el 27 de octubre y el 2 y 4 de noviembre en el Festival Internacional de Cine de Montevideo (Monfic). Del desafío de adaptar la novela de Di Benedetto al cine y de un montón de otros asuntos, hablamos con Lucrecia Martel en Buenos Aires.
—Cuando nos encontramos en Montevideo y...
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