En la historia del cristianismo siempre han existido dos corrientes teológicas contrapuestas: una teología de dominación, monárquica y sacerdotal, alineada con el poder de turno, y una teología desde los márgenes, desde los excluidos.1 La primera, aliada al poder militar en las dictaduras, busca defender un «orden» y una sociedad «occidental y cristiana», haciendo los sacrificios necesarios para evitar el caos, la anarquía y el comunismo. Esta narrativa religiosa les dará a las Fuerzas Armadas una dimensión salvífica, por la que sectores de la Iglesia bendecirán a «los soldados de Cristo» o al «ejército de Dios», que cumplen la misión de «amar a Dios y a la Patria».
A partir de mediados de los años sesenta, también en Uruguay se originó una polarización política en el campo religioso, ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate