En la feria de los despropósitos - Semanario Brecha
Sobre la decisión del Codicen de eliminar Sociología de la malla curricular

En la feria de los despropósitos

En la feria de los despropósitos, una nueva agresión a la educación pública nacional. Pocas horas antes de ser elevado al Consejo Directivo Central (Codicen) para su aprobación, tres meses antes de su implementación, en el momento en que los estudiantes que terminan secundaria comienzan a definir la continuación de sus estudios en el profesorado, los docentes nos enteramos de que la dirección del Consejo de Formación en Educación (CFE) decidió eliminar Sociología de la oferta curricular de todo el país a partir del año que viene. Dicha eliminación se hace a partir de una fusión desigual de los profesorados de Sociología y Derecho, que reduce al mínimo la carga horaria y la presencia de asignaturas sociológicas.

A esta altura ya es repetitivo denunciar que se trata de una decisión inconsulta, que ignora la opinión de los docentes que habrán de implementarla en las aulas, que no tiene liderazgo pedagógico y se hace sin la opinión de las ATD (asambleas técnico-docentes) ni de las salas por departamento académico de Sociología y Derecho (cuyo cometido es analizar y proponer respecto a planes, mallas curriculares y programas). Nada de eso es nuevo. Lo nuevo es que con esta decisión se están afectando los derechos laborales de decenas de docentes altamente calificados, tanto de Sociología como de Derecho. Lo nuevo es que se reduce el tiempo para la formación sustantiva de los futuros docentes del país, donde la formación específica es significativamente menor a los tiempos destinados a Derecho e, incluso, a los lenguajes diversos comunes a todo profesorado. Lo nuevo es que se elimina de un plumazo la enseñanza de contenidos en sociología de la cultura y la comunicación, procesos económicos, sociología política, sociología del trabajo, derechos humanos desde la perspectiva social, género, procesos sociales de Uruguay y la región, y las herramientas teóricas más relevantes para pensar la complejidad actual de nuestras sociedades. Lo nuevo es que ya no hablamos de didáctica específica con las respectivas reflexiones sobre cómo enseñar cuidadosamente los contenidos sociológicos en enseñanza media.

Las ciencias sociales, y, entre ellas, particularmente la Sociología, aportan en la educación media herramientas que ayudan a nuestros adolescentes en su tránsito desde la esfera familiar hacia la vida social, ciudadana, laboral y de participación cívica. Sin embargo, la propuesta presentada ni siquiera es adecuada académicamente para una formación en bachillerato. En el mismo momento en que las autoridades se jactan de promover la titulación universitaria y habilitar la «navegabilidad» entre diferentes especializaciones, esas mismas autoridades eliminan de la formación docente –y por ende, en un futuro próximo, de los estudiantes de secundaria– aportes que ayudan a comprender las causas profundas de las peripecias de un mundo que cambia aceleradamente. ¿Qué formación universitaria pretenden las autoridades al quitar estos campos de conocimiento y prescindir de decenas de profesionales, varios de ellos con formación de posgrado en el extranjero, altamente calificados en investigación y producción de conocimientos?

La sociología y el derecho son campos del saber que comparten algunos temas en común, pero desde epistemologías, metodologías, tecnologías, lenguajes y hasta tradiciones teóricas diferentes. Válidas ambas, pero con propósitos cognitivos disímiles en la formación del estudiante. Esto es algo que hace muchas décadas ya no se discute en las academias del mundo. Sin embargo, el actual (des)gobierno de la educación pública nos arrastra hacia el siglo XIX con docta y porfiada preferencia por lo que ya no sirve. Los tres o cuatro renglones –apenas tres o cuatro renglones– en los que se fundamenta cada asignatura de la nueva malla son un buen indicador de ello. No es transformación, es regresión.

Por el resguardo de una mejor calidad educativa, más cercana a lo que necesitamos en el siglo XXI, por el resguardo de los derechos laborales de decenas de profesionales calificados y comprometidos desde hace muchos años con la educación pública, por una oferta curricular en formación docente que de veras avance con lógica universitaria, esperamos que las autoridades del Codicen revean esta dañina decisión.

*  Docentes de la Sala Nacional de Sociología del CFE.

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