“La Paz”
Liso acaba de salir de un psiquiátrico. Las razones por las que estuvo allí se ignoran, y nunca podrán saberse por completo. El registro en que está filmada esta película apunta a esto: a no dar nada por cierto, a sugerir, a trasmitir un clima. Pero no se trata de una atmósfera de esas que envuelven desde el primer minuto; aquí todo se va construyendo paulatinamente, a medida que comprendemos las razones por las que ese universo que comienza a habitar el protagonista, la casa de sus padres, es un micromundo opresivo, asfixiante. El estilo del brillante director de teatro (primero) y cineasta (en segundo lugar) bonaerense Santiago Loza es aquí cálido e intimista, pero no por ello condescendiente. Desde un comienzo parecería que Liso tiene todas las comodidades a las que podría asp...
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