Si el arranque del oficialismo rumbo al balotaje no fue el mejor, la estrategia electoral de los blancos, para un “gobierno multicolor”, parece consolidarse con éxito. Pero si el Frente Amplio hiciera el bien de asegurar un discurso que le hable al Interior urbano, donde están buena parte de sus votos fugados, blancos y colorados deberían advertir los riesgos –electorales y de gobierno– de abrazarse a la ultraderecha.
 —¿Qué lectura se
 puede hacer de las elecciones?
 —Partamos
 de un balance macro. El Frente vota por debajo de sus expectativas, acrecidas
 luego de la arremetida (sobre todo, montevideana) de octubre. Pero, en función
 de lo que se venía dando en la campaña desde fines de las internas, no vota tan
 mal. Pero pierde entre siete y ocho puntos respecto de 2014, aproximadamente
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