Está claro que desde el éxito de Bohemian Rhapsody, película enfocada en la figura de Freddie Mercury, los musicales centrados en bandas o artistas célebres vienen convirtiéndose en una plaga: este año se estrenaron Rocketman, sobre la vida de Elton John, y Yesterday, ficción centrada en la música de los Beatles, pero ya está previsto el lanzamiento de películas acerca de Céline Dion, David Bowie, Wham!, Prince, Boy George y Aretha Franklin. En algunos casos, se trata de biopics de corte clásico, pero en algunos otros, como los de Yesterday y esta película1, son historias de otro tenor, que son puestas como excusa para referirse a la música del artista.
Aquí le llegó el turno al incombustible Bruce Springsteen. La historia introduce a Javed, un muchacho británico de ascendencia paquistaní que vive en Luton, una ciudad industrial de la conflictiva Inglaterra del año 1987. No uno, sino varios problemas parecen aquejarlo: el racismo imperante en las calles, la inestabilidad económica que atraviesa su familia y, principalmente, la imposibilidad de sincerarse y transmitirle a su estricto padre su decisión de convertirse en escritor. El descubrimiento de la música del Jefe Springsteen supone para él una gran revelación; Javed se siente completamente identificado con sus letras, las cuales le infunden valor para enfrentar los conflictos.
Pero la película tiene grandes problemas de verosimilitud estructural. Uno de los guionistas, Sarfraz Manzoor, es un fanático que vio a Springsteen en vivo unas 150 veces y el autor de la verdadera historia en la que se basa la película, las memorias Greetings from Bury Park. Pero está claro que en la adaptación a la pantalla no se les supo dar un mínimo de credibilidad a las anécdotas: el acercamiento romántico está desbordado de artificialidad, intimidar a un grupo de matones, en un restaurante, cantando una letra de Springsteen es absurdo por donde se lo mire y la incorporación ocasional de un par de escenas musicales (con baile incluido) se da sin arrojo ni intensidad, y hasta pareciera que con miedo. Además, la directora Gurinder Chadha, británica nacida en Kenia, pero de origen indio, falla estrepitosamente a la hora de insuflarle algo de gracia o vitalidad a esta monótona propuesta.
Mención aparte merece el hecho de que el protagonista sea supuestamente una gran promesa de la literatura y que tanto sus poemas como el discurso que escribe parezcan más bien redacciones escolares. Pero quizá lo que más molesta es la inacabable y extenuante seguidilla de lugares comunes, desde la “sorprendente” aprobación de algunos personajes secundarios a la labor del protagonista hasta el “emotivo” discurso final ante un auditorio, pasando por los enfrentamientos con el padre a viva voz, todo siguiendo los más trillados caminos del cine comercial más almibarado, ñoño y pretendidamente importante.
1. Blinded by the Light. Gurinder Chadha, Reino Unido/Estados Unidos, 2019.