El ente petrolero avanza en el proceso de asociar el sector del pórtland con empresas privadas. ANCAP recibió el visto bueno del Tribunal de Cuentas y el de la Agencia Reguladora de Compras Estatales para comenzar un proceso de diálogo competitivo con las firmas interesadas en el negocio, que desembocará en el pliego de la licitación con las condiciones del acuerdo. El objetivo del ente es asociar en bloque todo el complejo industrial del sector, que incluye las plantas de cemento de Paysandú y Minas (Lavalleja) y la planta de cal de Treinta y Tres, así como ceder los derechos de explotación de los yacimientos de piedra caliza de su propiedad, por el cual se cobrará un canon por tonelada extraída. ANCAP pretende ceder entre el 51 y el 80 por ciento de la empresa, un porcentaje que dependerá del modelo de negocios que presenten los interesados, dijeron fuentes del organismo a Brecha. En este contexto, 17 empresas expresaron interés en asociarse, de las cuales 12 pagaron 5 mil dólares para participar del Data Room I, primera etapa de un proceso que, si todo marcha como está previsto, culminará sobre diciembre de 2022, con la adjudicación de la licitación.
De acuerdo a un relevamiento de Brecha, entre las empresas interesadas están las principales competidoras de ANCAP en el mercado interno: Cielo Azul, propiedad del empresario brasileño Ernesto Correa, y Cementos Artigas, controlada por la empresa brasileña Votorantim y la española Molins, principal jugador del mercado uruguayo, las cuales, de ganar, quedarían con una posición cuasi monopólica en el mercado local. También aparecen otras, como Hipermix, que cuenta con cementeras en Brasil y plantas de hormigón en Argentina, y Polimix, un grupo industrial brasileño que se reunió con las principales autoridades uruguayas, incluido el presidente de la república, Luis Lacalle Pou, a partir de los buenos oficios del exfutbolista Diego Lugano, accionista de Cementos Charrúa (Cimsa SA).
Otro interesado es el grupo Holcim, de origen suizo y larga trayectoria en la industria cementera regional –es la segunda más importante de Argentina–, que, meses atrás, vendió sus acciones en Brasil por 866 millones de dólares a la brasileña Compañía Siderúrgica Nacional –otra empresa que mostró interés en este proceso–. Por sus antecedentes, Holcim se posiciona como el principal candidato para quedarse con el negocio, dijeron fuentes del sector a Brecha. El camino, sin embargo, no le será sencillo, ya que entre los interesados está uno de sus principales competidores regionales. Loma Negra, empresa líder en la producción y la comercialización de cemento en Argentina, expresó interés en el negocio y cuenta con una leve ventaja respecto de sus contrincantes, que por estas horas es objeto de intensas negociaciones.
La empresa argentina desembarcó en Uruguay a fines del siglo XX con la compra del 45 por ciento del paquete accionario de Cementos del Plata SA, subsidiaria de ANCAP para la venta de cemento. En 2008, Loma Negra le revendió esas acciones al ente petrolero y se quedó con un testimonial 5 por ciento, que, a partir de las inversiones de ANCAP en el sector, se licuó hasta el 0,25 por ciento actual. Sin embargo, aquel acuerdo, firmado hace más de 20 años –que está vigente hasta 2025–,1 le otorga la posibilidad de igualar cualquier oferta que reciba el ente estatal de un tercero para desarrollar su complejo industrial. Este es un punto clave, ya que Loma Negra –que desistió de participar del Data Room I, pero puede presentarse en la etapa final– podría intentar hacer valer ese poder para disipar eventuales competidores, más cuando una victoria de Holcim puede afectar sus intereses comerciales en Argentina. Ante esto, ANCAP inició un «proceso de debida interpretación» de esa cláusula con Loma Negra, para dejar asentado que esa potestad no alcanza a la asociación, de forma de tener las manos libres para desarrollar el proceso competitivo. El resultado de esa negociación se presenta como clave para el futuro de este proceso.
1. En enero de 2020, los servicios técnicos de ANCAP plantearon denunciar el convenio con Loma Negra, pero el directorio, presidido por Marta Jara, no accionó la propuesta.