Como médicos y en particular como ginecotocólogos y ginecotocólogas, hace mucho tiempo que hemos decidido abordar el problema del aborto voluntario como un problema principalmente de salud. No desconocemos sus múltiples y dilemáticas facetas, pero los médicos debemos abordar este problema no como policías, no como jueces, no como sacerdotes, sino como médicos. Así, desde la perspectiva sanitaria, este es antes que nada un relevante problema de salud pública en general, pero en particular de la salud integral de la mujer. Como ginecotocólogos, sentimos y queremos ser directa o indirectamente (en el contexto de los equipos multidisciplinarios que integramos) los médicos de la mujer a lo largo de toda su peripecia vital, cuidando su salud integral biopsicosocial en todas las condiciones por ...
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