La medalla otorgada al Pato Celeste en ocasión del recibimiento brindado a los vicecampeones mundiales sub 20 nos habilita a reflexionar sobre quiénes deberían ser premiados y quiénes no cuando culmina un evento deportivo.
La historia es conocida: a fines de los años noventa nació el Pato Celeste, obra de un tal Gustavo Torena, que previamente había probado suerte con el Pato Bolso (mascota que durante un corto tiempo acompañó al Club Nacional de Football).1 Para quien nunca lo vio: su disfraz consiste en una máscara símil Pato Donald (de quien también tomó prestado el dialecto), y una camiseta de Uruguay que siempre es de un modelo anterior al vigente. Curiosamente, en sus inicios sus ojos eran celestes, pero hoy en día los tiene verdes. Su popularidad nunca fue grande: ...
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