Nominada a seis premios Oscar, la última película de Paul Thomas Anderson apenas se llevó la estatuilla a mejor vestuario. Sin embargo se trata de una vigorosa propuesta de uno de los directores estadounidenses más interesantes de los últimos tiempos.
Paul Thomas Anderson es un caso particular entre los cineastas de su generación. A mediados de los noventa, directores como Todd Solondz, James Gray, Wes Anderson, Harmony Korine, Spike Jonze, Todd Haynes, M Night Shyamalan, Richard Linklater o Quentin Tarantino buscaban recuperar el espíritu independiente y autoral de la generación de los setenta y dar un vuelco formal que hiciera avanzar el arte cinematográfico estadounidense para alejarlo de la condescendencia juvenil que había asolado la industria en los ochenta. Frente a la necesidad de ...
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