Cuando Brecha le preguntó a la autora por qué su último libro se llama “Qué ganas de no verte nunca más”, su respuesta fue simple: “Buscaba un tango. Perdí la cuenta de la cantidad de tangos que escuché, porque pensaba que era de ahí que surgiría algún verso o alguna imagen que pudiera abarcar todo el derrotero de los personajes. Pero no se estaba dando. Y un día, por casualidad, al prender la radio sonó ese tema de Valeria Lynch. [...] Esa canción, llena de vibratos, y que a mí hasta me hace un poco de daño, es casi un patrimonio de cualquiera que haya nacido en el Río de la Plata. Como los fantasmas de las casas viejas”.
Con todo, la simplicidad de la respuesta es
aparente. A partir de los aportes del músico y crítico Simon Reynolds, es
posible pensar el pop como una suerte de resonancia...
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