Hasta ahora era el «gota a gota», un mecanismo financiero de patente colombiana, según se dice. Se trata de préstamos de montos reducidos, ofrecidos normalmente a comerciantes por prestamistas informales, que deben ser pagados en 24 días, en cuotas diarias, a tasas de usura. Sus clientes los aceptan porque no tienen acceso a otras formas de crédito.
La primera constatación de que esta práctica se había expandido fuera de Colombia fue en 2015, en Tegucigalpa, Honduras, un país en el que el 54 por ciento del PBI proviene de actividades informales. Los clientes de esos créditos eran vendedores callejeros y, según Insight Crime (una fundación especializada en el estudio del crimen organizado y las amenazas a la seguridad ciudadana en las Américas), los ambulantes aseguraban que la no satisfacc...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate