Hace unos días se murió Mario Lenzi. Entre mis 17 y mis 30 años, me la pasé caminando por La Plata y uno de los highlights de ese paseo era mi alto en su librería de usados. A veces me iba mareado de tanto sostener la cabeza ladeada para leer los títulos. A veces me quedaba únicamente para escuchar la forma asertiva con la que Mario atendía a sus clientes. Era como los chabones esos de la disquería Alta Fidelidad: tierno y mala onda. Uno de los primeros libros que le compré fue La cruz azul y otros cuentos, de Chesterton: una antología sobre la saga del padre Brown que se publicó en la Biblioteca Personal de Borges.
Recuerdo que, en el prólogo, Jorge Luis decía que si tuviera que elegir un solo texto de ese libro, se inclinaría por «Los tres jinetes del Apocalipsis». Me sorprendió desc...
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