Espero que la cita valga la pena. Acabo de sacar mi añoso ejemplar de Otras inquisiciones de la biblioteca y perdió la tapa en el tránsito. Veamos. Promediando su ensayo dedicado al período más temprano de H. G. Wells (La máquina del tiempo, La isla del Dr. Moreau, etcétera), Borges evoca la sensación de felicidad de su propia infancia. «Son los primeros libros que yo leí», dice. «Tal vez serán los últimos.» Así, para unir las puntas del mismo lazo, un escritor se pasa toda su vida armando y desarmando sus lecturas para restituir el paraíso perdido en el suspiro final. Bueno, miren a Alberto Laiseca. Allí, sentado bajo la gigantesca palmera del geriátrico, hace planes para escapar, anota las oscilaciones de su presión arterial y escribe la gran saga de su pueblo. No vuelve a su primer lib...
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