Tradicionalmente la crítica ha mirado con desconfianza y cierto escepticismo, por no decir desdén, a la novela policial. Se la inspecciona de manera preliminar (vaya paradoja) tal como lo hicieron a lo largo del tiempo los innumerables protagonistas del género con los sucesivos sospechosos que tenían frente a sí: con más intuiciones que argumentos, con más olfato (al menos en el inicio) que pruebas fácticas. Borges arriesgó que se debía a las limitaciones del género, más notorias en este que en otros, y por la necesidad de organizar toda la materia narrativa en torno a un descubrimiento final (cabe señalar que el argentino se refería a la novela enigma y no al más moderno noir). Renzo Rossello (Montevideo, 1960), autor de Todo por nada, novela que nos convoca, no es ajeno a esta problemáti...
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