Los mundos paralelos - Semanario Brecha

Los mundos paralelos

“La travesía involuntaria”1

Foto: El Galpón, Alejandro Persichetti

La vida y la obra del escritor compatriota Mario Levrero inspiraron este reciente trabajo de egreso de 27 alumnos de la Escuela de Artes Escénicas del teatro El Galpón, en el cual, de una manera u otra, los integrantes de todo el grupo colaboraron para llevar adelante una propuesta escrita por Marcos Acuña y dirigida por Vladimir Bondiuk. El mismo Acuña interpreta aquí al autor citado, confinado en un apartamento por cuyas rendijas se filtran ruidos e imágenes que se incorporan a su propio mundo interior, en el que asoman irrefrenables referencias a textos propios, como La novela luminosa y El lugar, así como al personaje del detective Nick Carter, el cual, además, cobra vida durante la representación. Otras siluetas se abren también camino a lo largo de un desarrollo encargado de revelar ciertas características del proceso creativo de Levrero, mezclando datos provenientes de la vida real con aquellos que surgen de la imaginación del escritor, a tal extremo que, en ocasiones, resulta difícil detectar dónde se extingue la realidad e irrumpe la ficción.

Un mérito especial del trabajo de Bondiuk y Acuña es haber resuelto todo el asunto en un espacio en cuyo su centro la escenógrafa Clara Méndez dispuso la presencia dominante de una nutrida biblioteca, frente a la cual tienen lugar insospechadas entradas y salidas de siluetas que la historia vuelve creíbles. En ese universo especial transcurre un espectáculo cuyo arranque casi naturalista cede pronto paso no sólo a la fantasía y el absurdo sino también a los dictados de una especie de comedia musical que se insinúa y se instala con impredecible fluidez. Tan complejo planteamiento halla en Bondiuk la mano capaz de brindarle la credibilidad y el ritmo a un asunto que, en definitiva, recrea la convergencia de los diferentes mundos –reales o imaginados– que forman parte del proceso creativo de un narrador.

 Resulta imposible entonces no considerar el aporte musical y coreográfico de Camila Cayota y Soledad Lacassy, el vestuario de Lucil Cáceres y la iluminación de la mencionada Lacassy. La entrega del elenco –en el que, además de Acuña, participan las propias Cayota, Lacassy y Méndez, así como Rodrigo Tomé, en el papel del investigador Nick Carter– se suma, por cierto, a los hallazgos mencionados. En verdad, todo un equipo al servicio de una puesta original, refrescante y contagiosa que justifica tanto la atención a los terrenos donde se mueve un gran escritor como a quienes se lanzan a retratarlo.

1.   El Galpón, sala Atahualpa.

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