Los expertos afirman que, en Uruguay, la publicidad electoral en plataformas como Youtube está generando escasos réditos. Sin embargo, de la aplicación de estas tecnologías se desprenden resultados positivos insospechados, por ejemplo, la temprana formación política de los menores de edad. “El 88 por ciento de los niños que mira a Peppa Pig en Youtube sabe que Mario Bergara nació en el Cerrito de la Victoria, mientras que el 79 por ciento está al tanto de que Larrañaga va”, afirmaba un estudio presentado en marzo.
Consultados sobre la utilidad electoral de que niños de entre 0 y 5 años reciten de memoria los discursos de, por ejemplo, Enrique Antía, inicialmente los publicistas se encogían de hombros. Sin embargo, hoy coinciden en valorar positivamente que en los jardines de infantes los pequeños discutan sobre el seregnismo y las credenciales del equipo técnico de Lacalle Pou, mientras juegan con plasticina o piden para hacer en la pelela.
Pero eso no es todo. La publicidad invasiva en Youtube resultó tan agresiva y eficiente que actualmente los niños piden directamente para ver los spots de los precandidatos, debiendo padecer ahora los anuncios de Blippi o de Tayo, el Pequeño Autobús. Atento a la precoz politización de los pequeños uruguayos, el mundo del cine ya piensa en adaptar al mercado local algunas de sus creaciones, con títulos como “Abella y la Bestia”, “El Libro de la Selva Andreoli” y “Toy Astory”.