El dragado del puerto, de los canales de acceso y del Martín García, y de los pasos del río Uruguay es un formidable negocio que intereses extranjeros intentan controlar, en desmedro de una mermada flota de dragas nacionales. Un ente testigo que hay que eliminar, como antes se hizo con el Frigorífico Nacional.
Para que el comercio siga su ritmo, para que la integración sea viable, para que el transporte no se pare, para que la navegación siga siendo el principal mecanismo de intercambio de bienes es necesario que, año a año se retiren, como mínimo, para mantenimiento, unos 28 millones de metros cúbicos de barro del canal de acceso en el Río de la Plata, del puerto de Montevideo, del canal Martín García y del río Uruguay. Ese barro, que arrastran las corrientes del estuario y que baja por e...
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