Ya casi lo olvidamos –han pasado 30 agitados años–, pero la película levantó una polvareda solo equiparable a la que provocan los 15 patrulleros (y el helicóptero) persiguiendo al Ford Thunderbird celeste que Louise maneja a toda velocidad por el Gran Cañón rumbo a la libertad y la muerte. Lo cierto es que la historia de Thelma y Louise podría contarse, simplemente, como la de su recepción, pero el filme es mucho más que eso. Por ejemplo, hoy podríamos mirarla, aunque sea por un minuto, desde este presente que nos dejó el movimiento #MeToo, disparado por los abusos del productor Harvey Weinstein. Y es que, a poco de comenzar el segmento «Casting», de esa especie de making of de la película titulado Thelma & Louise: The Last Journey (2003), el director Ridley Scott relata los problemas ...
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