El atraso cambiario, uno de los enemigos que el equipo económico del presidente Luis Lacalle Pou identificó y prometió atacar durante su campaña, parecía en retroceso cuando apenas 15 días después de comenzar su mandato el tipo de cambio ya se había apreciado 13,5 por ciento. El sector exportador vio con buenos ojos un dólar que trepó hasta los 44 pesos y el comercio de frontera recuperó la esperanza de competir con sus vecinos.
El peso argentino perdió 62 por ciento de su valor sólo en 2019 y para entonces se veía que 2020 mostraba continuidad. Brasil, por su parte, había devaluado apenas 8 por ciento ese año, pero su moneda mostraba su mayor debilidad en un lustro, situación que empeoró en 2020, cuando el real terminó con un 29 por ciento menos de valor y se convirtió en el otro gran riv...
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