Durante el mes de junio, en Montevideo, se presentaron dos propuestas escénicas difíciles de categorizar, con procedimientos, formas y experiencias completamente distintas que parten del campo de la danza contemporánea y se expanden. Se trata de “En la sombra de un elefante” y “Explícito”1. Hoy en día, prepararse para ver una obra de danza es imposible. Una nunca sabe con qué se va a encontrar, y aunque lo intuya, la cosa tiende a mutar. La preponderancia por una refinada intersección de disciplinas, que cada vez es más sutil, pulida y detallada, desplaza cualquier emplazamiento o denominación. Ese cruce que algunos llaman artes vivas, otros performance, y muchos continúan llamando danza, podría nombrarse como “la cosa”. La cosa permite aceptar la modificación constante y nos libera del te...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate







