Se venía gestando hacía algún tiempo, pero se concretó el viernes 20, al margen de la Marcha del Silencio. De un lado había cierto temor, cierta vergüenza. Del otro, en algunos, algo de resquemor: ¿cómo sería reunirse con hijas de represores, quienes, por más que hayan roto claramente con el mandato de la obediencia debida, vienen de una historia tan contrapuesta, tan diametralmente otra? Cuando unos y otras se juntaron, los resquemores se aventaron y, al menos por un tiempo, los temores quedaron de lado.
El sábado 21, en un local ofrecido por el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores de la Enseñanza Privada (Sintep), Ana Laura e Irma Gutiérrez, las por ahora dos únicas integrantes del capítulo uruguayo de Historias Desobedientes –agrupación fundada en Buenos Aires hace cinco años por fa...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate