«Ordenar la jugada» - Semanario Brecha
Se organiza la campaña oficialista de cara al referéndum

«Ordenar la jugada»

El gobierno afina su estrategia hacia marzo. Los principales dirigentes de la coalición dieron una conferencia de prensa para lanzar la campaña y se confirmó a Roberto Lafluf como publicista de la campaña del no.

Guido Manini Ríos en la conferencia de prensa de los partidos de la coalición de gobierno para informar sobre la campaña del no Mauricio Zina

El lunes 31 de enero, la coalición de gobierno convocó una conferencia de prensa en el edificio anexo del Parlamento. La conferencia fue anunciada como el lanzamiento de la campaña del no en el plebiscito de marzo. La sala estaba repleta de legisladores, autoridades y cámaras. En el centro de la mesa estaba sentada Beatriz Argimón, y a sus lados, el presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional, Pablo Iturralde; el secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti; el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini, y los principales dirigentes del Partido Independiente y el Partido de la Gente, Pablo Mieres y Daniel Peña, respectivamente.

Si bien para Argimón la conferencia dio «inicio a las actividades de los partidos de la coalición de gobierno en aras de trabajar de cara al plebiscito que se concretará el próximo 27 de marzo», en su discurso Sanguinetti aclaró: «Estamos en campaña desde el primer día. Hoy estamos haciendo una exhortación cívica a la ciudadanía», al igual que Manini, quien hizo notar: «Nosotros iniciamos la defensa el mismo día que se presentaron las firmas». O sea, la conferencia no fue un lanzamiento. ¿Qué fue, entonces?

NO LANZAMIENTO

¿Para qué sirve, al final, una conferencia de prensa? Para muchas cosas: marca un hito en la narración de la campaña, llama la atención, baja línea a los propios, difunde argumentos y enmarques, atrae los ojos de la prensa. Esta conferencia, por decir algo, se celebró la misma semana en que aumentó el precio del combustible. Teniendo en cuenta que los dos eventos son decisiones de gobierno, que la acción de gobierno es uno de los «planos» de la campaña de la Ley de Urgente Consideración (LUC) y que quienes llevan la campaña saben que el combustible es un tema delicado, se puede especular que estas cosas están relacionadas de algún modo.

Demos un pequeño rodeo sobre el tema de los combustibles, que es especialmente interesante. El mecanismo que está en la LUC está diseñado para que los aumentos del precio del combustible parezcan automáticos, aislándolos y quitándole responsabilidad política al gobierno. Esto se condice con una vieja estrategia neoliberal (del mismo tipo de la regla fiscal, también incluida en la LUC) que retira las decisiones de la política para que parezca que las políticas de ajuste no las toma nadie en particular. Lamentablemente para quienes impulsan estos mecanismos, esto no suele funcionar. La revuelta chilena de 2019, por ejemplo, fue desencadenada por un aumento de la tarifa del transporte público que supuestamente era automático. En el caso uruguayo de los combustibles, el mecanismo no solo no impidió que la gente asignara los aumentos a decisiones del gobierno, sino que, al ser parte de la LUC, fue uno de los principales combustibles para firmar por el referéndum.

Si las conferencias son simplemente ruido o espectáculo, diseñado como parte de estrategias políticas, ¿cómo es razonable relacionarse con ellas?, ¿cómo se ven desde el punto de vista de los destinatarios de las «estrategias de comunicación»?, ¿conviene mirar hacia otro lado o es posible encontrar algo interesante prestándoles atención? Intentemos esto último, simplemente escuchando lo que dijeron.

El primero en hablar fue Iturralde. Como en muchos otros actos de defensa de la LUC, empezó narrando los pasos que llevaron a su aprobación, desde la campaña electoral hasta la publicación del texto y su trámite parlamentario, bajándole el perfil al uso del mecanismo de urgencia. Esto es importante porque uno de los puntos de ataque de quienes impugnan la ley es, justamente, el modo como se tramitó. Iturralde, además, destacó que con la LUC se han ganado libertades y obtenido derechos. Este punto es repetido obsesivamente por los defensores de la LUC y cumple también la función de contrarrestar el discurso opositor.

Sanguinetti dio un discurso haciendo gala de su tradicional retórica parsimoniosa, con la que explica los temas arrastrando las erres. Enfatizó disciplinadamente los temas que dan bien en un focus group que encargaron los responsables de la campaña: seguridad, portabilidad numérica y adopción. Y agregó una reivindicación del «derecho de los trabajadores que no quieren hacer huelga», seguramente uno de sus puntos preferidos de la ley.

Luego habló Manini, con su ceño fruncido y su voz aguda, que hace que todas sus palabras suenen como una eñe. Advirtió: «La gente tiene que ser consciente de que si se presta […] a esta estrategia política, que lo que busca es darle un golpe político al gobierno que eligió la gente en noviembre del año 19, la primera perjudicada va a ser la propia gente». Y abundó en detalles: «Van a ser perjudicados aquellos cuya tranquilidad depende de la eficiencia y eficacia del instituto policial […], aquellos que no se pueden pagar una seguridad privada, que no pueden enrejarse». En la misma línea, dijo que «van a ser perjudicados los ciudadanos que no pueden pagarse una educación privada». Y luego destacó la portabilidad numérica y el nuevo régimen de adopción, además de la ya mencionada cuestión de la huelga, a lo que sumó una defensa del nuevo régimen de alquileres.

Pero en la conferencia no se trataron solamente los temas particulares. Iturralde anunció que van a recorrer el país reclamando que se les reafirme su derecho a gobernar, ya que sienten que lo que se les está cuestionando es el derecho a gobernar que la ciudadanía les concedió legítimamente. Reclamó, además, «lealtad institucional». Sanguinetti destacó que el gran cambio que incorporó la LUC fue «el rescate de la autoridad», al devolver al Estado (uno supone que quiso decir al gobierno) la conducción de la educación pública. Manini denunció: «Como lo han dicho los propios referentes de aquellos que llevan adelante el referéndum, lo que se busca es generar cambios en la forma de gobernar». Y agregó: «Nosotros creemos que no podemos aceptar esto». En la misma línea, Mieres reflexionó: «El debate que tenemos en estos dos meses que quedan es si este gobierno, que fue elegido por el voto popular, ha actuado y ha llevado adelante su tarea en función del mandato recibido. Y, en ese caso, solicitar la ratificación ciudadana para seguir llevando adelante el programa que firmamos los que aquí estamos […], [que] la LUC expresa en una buena parte».

De estas citas se pueden sacar dos cosas en limpio. En primer lugar, que el oficialismo enfatiza que lo que está en juego no son solo los artículos impugnados, sino la agenda del gobierno en su conjunto. Se puede especular sobre los motivos de este discurso. Ante la constatación de que Luis Lacalle es más popular que la LUC, es importante pegar la campaña del no al gobierno, convocando a la (apenas) mayoría que le dio el gobierno en 2019. También puede ser una exageración destinada a activar una militancia que puede no estar tan dispuesta a movilizarse en una nueva campaña electoral. Quizás sea una forma de provocar a la campaña del sí para que acepte el enmarque de que esto es una disputa entre el oficialismo y el Frente Amplio (FA). En cualquier caso, es una estrategia de todo o nada, lo que tiene sus riesgos, ya que implica que si los artículos se derogaran, el gobierno quedaría deslegitimado para continuar aplicando su agenda.

En segundo lugar, que hay una dimensión más profundamente ideológica. Empecemos por notar que una de las líneas matrices del discurso del oficialismo es acusar a la izquierda de antidemocrática. Pero, en este caso, es difícil decir que la convocatoria a un mecanismo de democracia directa va contra la democracia. La operación discursiva, entonces, es decir que si el referéndum es contra el gobierno y este gobierno fue elegido democráticamente, el referéndum es antidemocrático. Hay implícita una discusión entre democracia representativa y democracia directa. Democracia representativa que, además, se articula con la idea de un «derecho a gobernar» y con una defensa de la autoridad. Autoridad que, entendida como respaldo a la Policía, eliminación de órganos deliberativos y vigor en la conducción del Estado por el Poder Ejecutivo, es, sin duda, uno de los ejes de la LUC. Esto, además, se articula con la vieja crítica de la derecha a los gobiernos del FA por no ejercer suficientemente la autoridad, lo que nos lleva a recordar una frase dicha por el presidente al confirmarse su triunfo en 2019: «Estamos ansiosos por ejercer legítimamente la autoridad». Y, así, podemos terminar con una pregunta: ¿cómo se llaman la postura y la práctica política que se basan en la afirmación de la autoridad?

COMUNICACIÓN

Algo nuevo, que surgió en estos días, es la confirmación de que Roberto Lafluf va a ser el publicista de la campaña por el no. Esto también es una continuidad. Lafluf tiene una larga historia trabajando con Lacalle y puede, de hecho, ser considerado uno de los principales cuadros del gobierno. Según una nota de hace un par de años en El Observador, es un «hombre de extrema confianza de Luis Lacalle Pou, con quien trabaja desde 2012, cuando su precandidatura a la presidencia era aún una idea germinal e invertebrada». Según una nota de Búsqueda de hace unos meses, desde su primera campaña juntos, en 2014, «el vínculo entre Lafluf y Lacalle Pou se hizo muy fuerte porque […] el publicitario logró llegar a la esencia, apelar al máximo potencial».

Lafluf trabajó en las campañas desde la agencia Avisa. Entrando a la página web de esta empresa, podemos encontrar un video que cuenta la campaña de 2019. Sacándole el IVA a lo que no deja de ser un video en el que la agencia se promociona a sí misma, pueden sacarse en limpio algunas de las virtudes de la campaña de Lacalle en 2019: la organización de una estrategia en torno a la necesidad de contrarrestar el mensaje de los rivales; la planificación en etapas; la relación entre las recorridas; la producción de imágenes y las redes sociales; la preparación y la velocidad en la producción de materiales para causar impacto en momentos fundamentales, y la sucesión de diferentes consignas que se van sumando en distintas etapas, formando una red densa de ideas. En octubre, Brecha informó que en las reuniones internas de planificación de la campaña Luis Alberto Heber preveía el despliegue de «una campaña de escala casi presidencial». Si esto se va a parecer a aquello, conviene entenderlo.

Después de esa campaña, Lafluf pasó a trabajar en la Torre Ejecutiva. Según la ya citada nota de Búsqueda, Lacalle es el primer presidente «que tiene un asesor con sueldo a tiempo completo en comunicación», con una oficina «a pocos metros de la del jefe de Estado». La también citada nota de El Observador cuenta que «el publicista es el hacedor de la estrategia comunicacional ejecutada por el presidente y el resto de su gobierno», que Lacalle y Lafluf intercambian fluidamente sobre el «rumbo estratégico» y que este último es «una persona de consulta constante» del presidente. La misma nota consigna que la Secretaría de Comunicación Institucional «cuenta con un amplio equipo» y que a Lafluf «le obsesionan los mensajes claros, simples, y separar lo importante de lo accesorio». «Su tarea es ordenar la jugada», añade.

La campaña de defensa de la LUC va a ser la primera de Lafluf sin Lacalle, lo cual puede ser un problema, teniendo en cuenta que, según informó Búsqueda la semana pasada, el oficialismo admite que el presidente es «más popular que la LUC». Búsqueda también adelanta que la campaña de defensa de la LUC se desarrollará en «tres planos»: «uno está enfocado a la comunicación, que incluye debates y campañas publicitarias, otro al despliegue territorial, y un último que estará centrado en la gestión del gobierno».

Lafluf está hace tiempo trabajando sobre la LUC. Según informóEl País en noviembre, el publicista presentó los resultados del focus group ante dirigentes del gobierno y la coalición. Además de los temas que mencionó Sanguinetti (la seguridad, la portabilidad numérica y los cambios en el proceso de adopción), también suscita aceptación el fin de la obligación de pagar los salarios a través de bancos. El informe mostró, además, el importante desconocimiento de la población sobre el contenido de la LUC, especialmente en materia de educación, y la antipatía de los ciudadanos para con el nuevo mecanismo de ajuste del precio de los combustibles.

«Lafluf va ordenando la jugada, y, prestando atención a lo que ya sabemos sobre su actividad, podemos interpretar cosas como la conferencia del lunes e imaginar cómo va a seguir esta disputa.»

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