Depurado de los elementos tóxicos, o sea críticos, obediente a la línea del nuevo socialismo, es decir, reformar como la derecha, apretar el cinturón o morir, el segundo gobierno del premier Manuel Valls fue presentado el martes 26 con escasos cambios y una consigna dada por el propio jefe del Ejecutivo: “Los miembros del gobierno no pueden darse en espectáculo”. Una mudanza de cartera ministerial y el remplazo directo de los tres ex ministros que habían reclamado un cambio de política (Arnaud Montebourg, de Economía; Benoît Hamon, de Educación, y Aurélie Filippetti, de Cultura) constituyen lo esencial del retoque ministerial. Un solo dato ha conmovido a los comentaristas: la llegada a la cabeza del Ministerio de Economía de Emanuel Macron, el hombre a quien la prensa apoda “el cerebro der...
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