Ganó el Partido Popular (PP), pero el desplome de su potencial aliado para la formación de un gobierno, el ultraderechista Vox, convirtió la victoria en derrota; los socialdemócratas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) quedaron en segundo lugar, pero si logran mover bien sus piezas en el tablero, podrían aspirar a conservar el Ejecutivo; el espacio construido a las patadas en los últimos meses supuestamente a la izquierda del PSOE, Sumar, celebró haber «resistido» tormentas de diverso tipo, pero su resultado fue claramente inferior a la alianza que lo precedió, Unidas Podemos (UP).
Todas estas paradojas se completan con otra, poco evocada desde el progresismo en su conjunto, en buena parte satisfecho por haber logrado impedir provisoriamente la llegada de Vox al Palacio de la Monc...
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