Llega a su fin una de las sagas más largas de persecución política de este siglo. Al menos si uno cree en la existencia de capítulos finales. Nada sobre el destino de Julian Assange está escrito en piedra. Muchos de sus inquisidores se sentirán complacidos con el acuerdo de culpabilidad firmado entre el equipo legal del fundador de WikiLeaks y el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Otros, como el exvicepresidente de ese país Mike Pence, creen que el trato es de una indulgencia injustificada.
Presuntamente, Assange ha cometido 18 delitos, 17 relacionados con la tristemente célebre Ley de Espionaje estadounidense. Para los defensores del australiano, la acusación de junio de 2020 del Departamento de Justicia fue, en realidad, un ataque frontal contra la libertad de prensa y de difusi...
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